El sol ha dejado de brillar, la luna se ha cubierto de bruma, el mar no ha intentado escapar, y yo trato de alcanzarte, pero en cada intento tú corres a la inmensidad.
Busco la manera de que a mi regrese, constantemente me refugio en los recuerdos, para no despertar pensando en que nunca volverás.
Pobre ingenua, quien escribió este poema, que nunca se dio cuenta, que el amor no se persigue más allá del mar, sino que se espera con paciencia en la punta de una estrella que ilumina su caminar.